Datos del sistema Moon Mineralogy Mapper (M3), que se encuentra a bordo de la sonda india Chandrayaan-1
muestra que hay agua contenida en los granos minerales de la superficie
de nuestro satélite natural. Los científicos habían pensado que la
pequeña cantidad de humedad que se había detectado era generada por el
viento solar y por otros factores externos, pero las últimas
investigaciones revelan que hay una fuerte evidencia de que la Luna
puede contener grandes cantidades de su “agua magmática” que parte de
las profundidades de su núcleo.
La percepción tradicional de la Luna es que es un lugar seco. La evidencia de que hay agua ha sido acumulada por décadas, desmintiendo esa posibilidad múltiples veces. Cuarenta años antes, las rocas ejemplo que trajeron los astronautas de las misiones Apolo mostraron que contienen agua en la superficie. No obstante esto, se asumió que las muestras habían sido contaminadas por el manejo de los seres humanos y los resultados fueron ignorados o invalidados.
En el 2009, el módulo
M3 de la sonda india Chandrayaan-1 encontró agua cerca de los polos. Se
asumió que partículas cargadas del Sol podrían estar creando capas finas
de moléculas de agua al impactar en la superficie lunar y así
justificaban los científicos sus hallazgos. Sin embargo, más tarde ese
mismo año, la NASA hizo chocar una nave en el cráter Cabeus, para
estudiar los materiales que se dispersaron después del impacto. Cuando
hallaron vapor de agua y partículas de hielo, de nuevo atribuyeron esto a
la acción del viento solar, o posiblemente a algún cometa que hizo
impacto en el cráter mencionado.
Pero los últimos resultados
difícilmente pueden estar equivocados o ser atribuibles a errores
humanos, el viento solar o los cometas, indicando que en la Luna hay su
propia reserva de agua debajo del suelo, a distancias relativamente
profundas. Del cómo es que la Luna tiene agua es aún un misterio.
Los instrumentos del M3 tomaron una foto a una altura de 60 kms del cráter Bullialdus.
Al contrario de otros experimentos, este cráter está cerca del ecuador
lunar, donde los científicos creen que agua de los vientos solares no
puede sobrevivir en la superficie. El cráter Bullialdus es tan profundo
que expuso algunas de las rocas magmáticas de la Luna. Cuando la NASA
analizó al cráter desde la órbita, hallo cosas inesperadas, por ejemplo,
que la porción central del cráter contiene una enorme cantidad de hydroxyl
(una molécula hecha de un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno). Esto
es evidencia de que las rocas en el cráter contienen agua que se originó
debajo de la superficie, lo cual ha originado el término “agua
magmática”.
Ahora los científicos están empezando a comparar esta agua con otras características de la superficie lunar para aprender más sobre la composición interna de nuestro satélite natural y del cómo la actividad volcánica se ha enfriado para llegar a las temperaturas actuales. Los nuevos hallazgos sugieren que los cráteres polares podrían contener más agua congelada que lo que se pensaba.
Fuente: Nature GeoScience
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